El
proceso de creación de la materia y de la vida espiritual en el comienzo del
universo es uno de los más grandes misterios. La
comprensión de sus principios básicos es importante para entender cómo funciona
la iluminación, ya que la iluminación es la reabsorción vuelta al uno, el
origen divino de la creación.
Un antiguo texto taoísta sabiamente establece que aquellos que desean alcanzar
la iluminación tienen que buscar el lugar de donde originalmente vino la
creación:
Quien
busca la vida eterna debe buscar el lugar donde originalmente surgió la
naturaleza humana y la vida.
De
dónde venimos y por qué estamos aquí son preguntas fundamentales que yacen en
el corazón de cada búsqueda de la verdad espiritual.
A
lo largo de las antiguas enseñanzas espirituales y culturas encontramos
historias de la creación, que si las miramos de cerca comparten similitudes
notables. La creación dio origen a nuestro universo, que nos dio a luz a
nosotros, y que está en constante creación de vida a nuestro alrededor. Nosotros
también somos creadores, al traer hijos al mundo. Pero también tenemos el
potencial de ser creadores espirituales.
El
proceso de creación espiritual (en la iluminación) a nivel individual es una
réplica de aquello, a nivel universal, ya que los principios fundamentales son
los mismos.
En
realidad, los principios de la espiritualidad y el propósito de la vida están
escritos en la trama misma de la vida y la creación.
Los
místicos a través del tiempo y el mundo han sabido de la relación entre el
macrocosmos y el microcosmos, y simbolizado en los textos sagrados y templos en
muchas culturas diferentes.
Aquí
es donde la famosa máxima de la sabiduría viene de "Como es arriba, es
abajo".
"El
hombre toma su ley de la Tierra; la Tierra toma su ley del Cielo; el Cielo toma
su ley del Tao, pero la ley del Tao es su propia espontaneidad."
~ El Tao Te Ching