Nuestra experiencia nos lleva a escribir y comprender la realidad que hemos vivido, trabajar en un presente y una observacion coherente con nuestras intenciones es un oficio que ejerce el buscador conciente.
Existen muchas razones, que pueden provocar la pérdida de nuestro equilibrio mente-cuerpo: el estrés, un mal momento, una preocupación laboral o afectiva son sólo algunos ejemplos.
Estos factores pueden trastornar la paz interior, nuestra armonía interna y hacernos perder la sensación de bienestar interno que nos ayuda a seguir nuestro propio ritmo de vida. Y sabido es, que esta pérdida de equilibrio, si no se recupera a la brevedad, podría convertirse en la puerta de entrada de otros problemas de salud, tanto físicos, mentales o emocionales.
Cuando sentimos que perdemos ese equilibrio, hay que volver a lograr paz interior, lograr imponer la mente al corazón, y así retornar al estado ideal que nos otorga nuestra paz interna y conseguir la armonía nuevamente.
La paz con uno mismo y con los demás es hermana gemela del equilibrio y si de verdad deseamos la paz necesariamente habremos de poner fin a las hostilidades luchas e inquietudes que fatigan el cuerpo y el espíritu. El equilibrio nos vendrá siempre del interior de la aceptación propia y de la aceptación de los demás. Por el contrario la intranquilidad y el desasosiego tienen como fuente primordial la batalla que todos libramos en nuestra propia mente al proponemos objetivos incompatibles en conflicto ya que hacemos depender nuestra paz interior nuestro equilibrio de que los demás cambien.
Es frecuente que achaquemos nuestros estados depresivos nuestro mal carácter nuestra desidia o nuestra desgracia a que familiares. amigos compañeros de trabajo vecinos o conocidos no respondan exactamente con su conducta a las expectativas concretas que teníamos sobre ellos ni persiguen el objetivo que nosotros les habíamos fijado. Perdemos los nervios nos desequilibramos y atormentamos porque los demás no amoldan su vida y su conducta a la nuestra y por eso les acusamos de ser la causa de nuestras desdichas y de que vivamos tan alterados.
Es absurdo hacer depender nuestro equilibrio nuestra felicidad nuestra paz interior del cambio de conducta que lleven a cabo otras personas en relación con nosotros sencillamente porque al proponemos como meta cambiar a otra persona le estamos otorgando el poder de decidir si disfrutaremos o no de paz y de felicidad.
No existe una pretensión o una actitud más inmadura e infantil y sin embargo pocos adultos llegan a comprender en su vida que la paz la madurez mental y el equilibrio son siempre un proceso interiordinámico y privativo de cada individuo.
En el proceso de cada quien es necesario sanarnos con un adecuado trabajo interior. Debemos ser capaces de ver sobre nosotro mismos, para tener una vision mas global y poder observar el mensaje de cada experiencia.
La purificacion y la liberación seran pasos en el proceso induividual de una conciencia mas elevada y equilibrada. Trabajo desde dentro los cambios que quieres ver fuera.
Compilado: Anonimo Donoso
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