Los principios de la salud , se basan en la compresión del cuerpo y la mente.
Equilibrio entre lo tangible y lo inmanifiesto. La mente sana nutre de salud al cuerpo. La energía vital se crea en equilibrio de ambos.
La inteligencia del cuerpo
LA CIENCIA médica occidental ha considerado al hombre como una entidad separada, al margen de la naturaleza. El hombre es parte de la naturaleza; su salud no depende más que de sentirse cómodo con ella.
La medicina occidental ve al hombre desde una óptica mecánica. Pero el hombre no es una máquina, el hombre es una entidad orgánica, y no necesita que se trate solamente la parte enferma. La parte enferma es solo un síntoma de que el organismo entero está pasando por dificultades. Tratas la parte enferma, la curas... pero entonces surge la enfermedad en algún otro lugar. Has evitado que la enfermedad se manifieste a través de la parte mala; la has hecho más fuerte. Debe tomarse como un organismo integral.
Es algo primordial que hay que comprender: el cuerpo siempre está dispuesto a escucharte, pero nunca has hablado con él, nunca te has comunicado con él. Has estado dentro de él, lo has usado, pero nunca se lo has agradecido. Él te sirve, y lo hace de la manera más inteligente posible. La naturaleza sabe que es más inteligente que tú, y por eso las cosas importantes del cuerpo no se han dejado a tu cuidado, se le han encomendado a él mismo.
Habla con tu cuerpo
Una vez que comienzas a comunicarte con tu cuerpo, todo empieza a ser muy fácil. No hace falta forzar al cuerpo, hay que persuadirlo. No hace falta luchar con él: resulta desagradable, violento, agresivo, y cualquier tipo de conflicto creará más y más tensión. No necesitas tener ningún conflicto: deja que la comodidad sea la norma. El cuerpo es un regalo tan hermoso de Dios que luchar con él es como negar al mismo Dios. Es un santuario... estamos acogidos en él; es un templo. Existimos dentro de él y debemos tener los máximos cuidados para con él; es nuestra responsabilidad.
LA CIENCIA médica occidental ha considerado al hombre como una entidad separada, al margen de la naturaleza. El hombre es parte de la naturaleza; su salud no depende más que de sentirse cómodo con ella.
La medicina occidental ve al hombre desde una óptica mecánica. Pero el hombre no es una máquina, el hombre es una entidad orgánica, y no necesita que se trate solamente la parte enferma. La parte enferma es solo un síntoma de que el organismo entero está pasando por dificultades. Tratas la parte enferma, la curas... pero entonces surge la enfermedad en algún otro lugar. Has evitado que la enfermedad se manifieste a través de la parte mala; la has hecho más fuerte. Debe tomarse como un organismo integral.
Es algo primordial que hay que comprender: el cuerpo siempre está dispuesto a escucharte, pero nunca has hablado con él, nunca te has comunicado con él. Has estado dentro de él, lo has usado, pero nunca se lo has agradecido. Él te sirve, y lo hace de la manera más inteligente posible. La naturaleza sabe que es más inteligente que tú, y por eso las cosas importantes del cuerpo no se han dejado a tu cuidado, se le han encomendado a él mismo.
Habla con tu cuerpo
Una vez que comienzas a comunicarte con tu cuerpo, todo empieza a ser muy fácil. No hace falta forzar al cuerpo, hay que persuadirlo. No hace falta luchar con él: resulta desagradable, violento, agresivo, y cualquier tipo de conflicto creará más y más tensión. No necesitas tener ningún conflicto: deja que la comodidad sea la norma. El cuerpo es un regalo tan hermoso de Dios que luchar con él es como negar al mismo Dios. Es un santuario... estamos acogidos en él; es un templo. Existimos dentro de él y debemos tener los máximos cuidados para con él; es nuestra responsabilidad.
Escucha al cuerpo
Sigue al cuerpo. Nunca trates de dominarlo de ninguna manera. El cuerpo es tu base. Una vez que comiences a entender a tu cuerpo, el noventa y nueve por ciento de tus sufrimientos desaparecerán de la manera más sencilla. Pero no quieres hacer caso.
Sigue al cuerpo. Nunca trates de dominarlo de ninguna manera. El cuerpo es tu base. Una vez que comiences a entender a tu cuerpo, el noventa y nueve por ciento de tus sufrimientos desaparecerán de la manera más sencilla. Pero no quieres hacer caso.
El cuerpo dice: «¡Para! ¡No comas!». Pero sigues comiendo, le haces caso a la mente. La mente dice: «Está buenísimo, delicioso. Un poco más». No escuchas al cuerpo. El cuerpo se siente asqueado, el estómago está diciendo: «¡Basta! ¡Ya tengo suficiente! ¡Estoy cansado!». Pero la mente dice: «Fíjate qué sabor... come un poco más». Te guías por lo que dice la mente. Si escuchas al cuerpo, el noventa y nueve por ciento de los problemas desaparecerán sin darte cuenta y el uno por ciento restante serán tan solo accidentes, no problemas serios.
Escucha a tu cuerpo, sigue a tu cuerpo. La mente es tonta, el cuerpo es sabio. Si consigues entrar a fondo en tu cuerpo, en todas esas profundidades encontrarás tu alma. El alma está escondida en las profundidades del cuerpo.
El cuerpo entraña todos los misterios
El cuerpo entraña todos los misterios del universo, es un universo en miniatura. La diferencia entre el cuerpo y el universo es solo de cantidad. Así como un simple átomo encierra todos los secretos de la materia, el cuerpo contiene todos los secretos del universo. No necesitas salir a buscar ningún secreto, más bien debes penetrar en tu interior.
Albert Einstein tenía unas cualidades que no tiene su cadáver, que no puede tener. Muere un poeta, el cadáver está ahí, pero ¿dónde está la poesía? Muere un genio, tenemos su cadáver, pero ¿dónde está el genio? El cadáver de un idiota y el cadáver de un genio son lo mismo. Al diseccionar el cadáver no serás capaz de saber si pertenecía a un genio o a un idiota, si pertenecía a un místico o a alguien que nunca fue consciente de ningún misterio de la vida. Resultará imposible porque estás mirando simplemente la casa, pero el ser que habitó en ella ya no está allí. Estás estudiando tan solo la jaula, pero el pájaro ha volado; estudiar la jaula no es estudiar al pájaro. Pero aun así, el cuerpo aloja lo divino en él.
El mejor modo de conocer el propio cuerpo es penetrar en el interior de ti mismo y mirarlo desde ahí, desde la parte más profunda de tu ser,..
Conexiones mente-cuerpo
La mayoría de los problemas físicos son psicosomáticos porque el cuerpo y la mente no son dos cosas separadas. La mente es la parte interior del cuerpo y el cuerpo es la parte exterior de la mente, por lo que cualquier cosa puede empezar en el cuerpo y penetrar en la mente o viceversa: empezar en la mente y penetrar en el cuerpo. No hay división, no hay compartimientos estancos.
Tu mente y tu cuerpo no son dos entidades
Existe una teoría de William James que en la primera mitad del siglo XX parecía absurda, pero en cierto sentido es correcta. Él y otro científico llamado Lange propusieron una teoría que es conocida como la teoría James-Lange. Normalmente se dice que cuando tienes miedo huyes y corres, o que si estás furioso se te enrojecen los ojos y empiezas a golpear a tu enemigo.
Sin embargo, James y Lange propusieron todo lo contrario. Dijeron que es por correr por lo que sientes miedo y que es porque tus ojos se enrojecen y empiezas a golpear a tu enemigo por lo que sientes ira. Es justo lo contrario. Dijeron que si esto no era así, entonces querían ver al menos un ejemplo de ira cuando los ojos no estuvieran rojos, el cuerpo no estuviera alterado y un individuo no estuviera sencillamente furioso. No permitas que tu cuerpo se altere e intenta sentirte furioso; comprobarás que en realidad no puedes estarlo.
En Japón les enseñan a los niños un método muy simple para controlar la ira. Les dicen que cuando sientan ira, no hagan nada al respecto, que solo respiren hondo. Inténtalo y no serás capaz de sentirla. ¿Por qué? ¿Solo porque respiras hondo no puedes ponerte furioso? Resulta imposible por dos razones: en primer lugar, la ira necesita un ritmo particular de respiración. Sin tal ritmo la ira no es posible. Se necesita un ritmo de respiración particular, desacompasado, caótico para que pueda surgir la ira.
Si respiras hondo es imposible que surja la ira. Si respiras hondo de forma consciente la ira no podrá expresarse. Necesita un tipo diferente de respiración. No tienes que proponértelo, la misma ira se encargará de marcar un nuevo ritmo.
Si respiras profundamente no podrás enfurecerte.
Si respiras profundamente no podrás enfurecerte.
En segundo lugar, la mente se desplaza. Cuando sientes ira y respiras hondo, tu mente se desplaza de la ira a la respiración. El cuerpo no se encuentra en el estado óptimo para enfurecerse. Por eso, los japoneses son la gente más controlada del mundo. Están entrenados desde la infancia.
Es difícil encontrar tal incidencia en cualquier otro sitio, pero en Japón sucede incluso hoy en día. Pero esto ocurre cada vez menos porque Japón se está volviendo menos japonés. Cada vez se parece más a Occidente y las costumbres y tradiciones se están perdiendo. Pero sucedía y todavía sucede hoy en día.
Un amigo mío estuvo en Kioto, y me escribió en una carta:
Hoy he visto un suceso tan hermoso que quiero escribirte para contártelo. Cuando regrese intentaré comprender cómo es posible.
Un hombre fue atropellado por un auto. Se cayó, se levantó, le dio las gracias al conductor y se marchó... ¡Le dio las gracias al conductor!
En Japón no es algo inusual. El hombre seguramente respiró hondo, y así logró contenerse. Te mueves hacia un plano diferente e incluso puedes darle las gracias a una persona que estuvo a punto de matarte, o que casi lo hace.
Los procesos fisiológicos y los procesos psicológicos no son dos cosas distintas, son una misma cosa, y puedes empezar desde cualquiera de los dos extremos a trabajar para cambiar el otro.
La persona como un todo
En un mundo mejor, toda persona cuya profesión sea curar el cuerpo meditará. Cuando el cuerpo sufre, debe haber algún motivo, porque todo tiene relación. Por lo que una persona no puede ser curada solo tratando su cuerpo, tiene que ser tratada en su conjunto. Pero para mirar en su conjunto, es necesario mirar en el conjunto total del propio ser.
Todo médico debería practicar la meditación, de lo contrario nunca será un verdadero médico. Puede tener títulos, puede estar autorizado para ejercer la medicina, pero no conoce a la persona en su conjunto, solo se limitará a tratar síntomas.
Alguien tiene un trastorno, por ejemplo una migraña, un dolor de cabeza. Puedes tratarlo, pero tienes que mirar en lo más hondo de su interior para ver por qué esa persona tiene migraña. Puede ser que esté demasiado angustiada, preocupada, deprimida. Puede ser que se haya retraído en sí misma hasta la desolación y el dolor. Puede ser que esté pensando demasiado, que no deje descansar ni un momento a la mente. Por lo tanto, puedes tratar los síntomas, y puedes forzarlos a desaparecer a través de tóxicos y medicamentos. Pero aparecerán en algún otro lugar porque la raíz del problema no ha sido tratada en absoluto.
Nada se halla separado en un ser humano. El cuerpo no solo está conectado consigo mismo, está relacionado con la mente, y así cuerpo y mente -psico y soma- están conectados con un alma trascendental.
Compilado: Anónimo Donoso.
http://www.oshogulaab.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario