Los síntomas sociales deben representar los cambios del individuo. El equilibrio crea claridad para la observación consciente.
¿Qué nos ha pasado para que hayamos estado tan separados y nos hayamos
sentido tan lejos los hombres de las mujeres y viceversa? ¿Qué podemos hacer
para deshacer el entuerto y regresar a una relación sana y equilibrada entre
hombres y mujeres? ¿Qué podemos hacer para volver a sentirnos unidos y en paz y
crear un mundo nuevo a nuestra imagen y semejanza?
Podemos tomar conciencia de que hombres y mujeres representamos la
dualidad, la energía masculina y femenina encarnada, aunque contengamos ambas
energías en nuestro sistema. Somos, por tanto, partes de un todo. Nos
complementamos y sumamos cuando nos relacionamos de una manera armónica y
respetuosa. Cada uno desde su realidad, sea esta la de un hombre o una mujer,
debemos recordar lo que somos y retomar nuestro poder personal.
Las dificultades entre hombres y mujeres han sucedido durante toda la
historia de la Humanidad debido a varios factores individuales y colectivos.
Viviendo una realidad dual en nuestro planeta Tierra, hemos experienciado
varios aspectos de esta dualidad por diferentes épocas y vidas, teniendo
experiencias como hombres y como mujeres hemos podido vivir y aprender muchos
aspectos de la energía. Incluyendo dentro de las dualidades que existen en esta
matrix el amor y el odio, el bien y el mal, la expansión y la contracción. A
nivel de roles hemos vivido inmersos en una realidad que se vehiculaba
también en forma de opresores y victimas, dueños y esclavos. Aun podemos ver
estos roles funcionando para una parte de nosotros los humanos.
Con el final del viejo paradigma, el final de la cuenta maya (que a nivel
energético ya es una realidad, aunque estamos en el proceso de materializarlo
en nuestras vidas y en la sociedad) tenemos la oportunidad de despertar de la
ilusión que hemos vivido por siglos. Ahora está en nuestras manos y
nuestros corazones la posibilidad de sanarnos a nivel individual y con ello, a
nivel colectivo, como especie. A través de la comprensión y del perdón.
Los hombres han estado los últimos tiempos tomado conciencia de su rol de
poder y han empezado a pedir perdón por el daño causado. Es hora de que
también las mujeres deben tomar conciencia de su rol y de como aprender a
manipular en un mundo hostil, en el que el fuerte impone sus decisiones. Las
mujeres deben empezar por pedir perdón a los hombres en general y a su propio hombre interno. ¿Y por qué? Quizás sea hora de ser humildes, hombres y mujeres, para poder vernos sin
máscaras y sin limitaciones, desde el amor. Y así sin rencor, avanzar unidos.
En esta nueva realidad podemos, si queremos, renunciar a las estrategias
que ya no necesitamos en nuestras relaciones. Podemos ser libres de nuestras
creencias y miedos y relacionarnos de una nueva manera.
Compilado: Anónimo Donoso.
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