Nos estamos pensando día a día. El pensamiento representa nuestros, habitos y nuestras costumbres cotidianas. Somos lo que pensamos.
El ritmo fugaz que llevamos cada día y la falta de tiempo son motivos muy recurrentes para no hacer ejercicio o comer lo primero que se encuentra aunque sea poco saludable. Y si declaramos no tener tiempo para cuidar el cuerpo, menos aún reservaremos espacio a cosas como meditar, buscar referentes espirituales o tener una mente creativa.
Expresarnos desde el interior
Expresar nuestros sentimientos y pensamientos, ya sean negativos o positivos, es esencial para tener una buena calidad de vida y mantener un cuerpo y mente sanos.
Al liberar, a través del lenguaje verbal o corporal, todo el cúmulo de emociones que tenemos en nuestro interior no solo saca el dolor o la alegría, sino que ayuda a narrar y escribir nuestra propia historia.
Por lo tanto, tratemos de escribir con el cuerpo y la mirada lo que no podemos decir con la voz. No es posible callar, siempre estamos diciendo algo y, por lo tanto, hay escucha y comunicación.
No se trata de configurar un mensaje y expresarlo, para confiar en que alguien lo tome por cierto, sino de narrar. Atar con pequeños hilos lo llorado y lo reído, la piel erizada, la dulzura de un niño y el desconcierto. Construir la historia que no nos han contado.
El ritmo fugaz que llevamos cada día y la falta de tiempo son motivos muy recurrentes para no hacer ejercicio o comer lo primero que se encuentra aunque sea poco saludable. Y si declaramos no tener tiempo para cuidar el cuerpo, menos aún reservaremos espacio a cosas como meditar, buscar referentes espirituales o tener una mente creativa.
Expresarnos desde el interior
Expresar nuestros sentimientos y pensamientos, ya sean negativos o positivos, es esencial para tener una buena calidad de vida y mantener un cuerpo y mente sanos.
Al liberar, a través del lenguaje verbal o corporal, todo el cúmulo de emociones que tenemos en nuestro interior no solo saca el dolor o la alegría, sino que ayuda a narrar y escribir nuestra propia historia.
Por lo tanto, tratemos de escribir con el cuerpo y la mirada lo que no podemos decir con la voz. No es posible callar, siempre estamos diciendo algo y, por lo tanto, hay escucha y comunicación.
No se trata de configurar un mensaje y expresarlo, para confiar en que alguien lo tome por cierto, sino de narrar. Atar con pequeños hilos lo llorado y lo reído, la piel erizada, la dulzura de un niño y el desconcierto. Construir la historia que no nos han contado.
Estamos desprovistos de todo, nada hay en lo tangible que sea eterno, no hay más verdad que la que se escribe.
Cuando no tengamos la facilidad de expresarlo verbalmente, no queda más que decirlo de algún modo. Quizá al sentarnos en la escalera o masticar dos veces los bocados, al murmurar una canción mientras caminamos o volver consiente el ritmo de la respiración.
Solo tú eres el único que puede elegir el sistema de comunicación que te ayude a liberar tus emociones y a escribir tu historia para tener una vida feliz y satisfactoria.
Mantener buenos pensamientos
Nuestra mente es los cristales a través de los cuales vemos el mundo. Aquellos que tienen los cristales empañados por percepciones erradas, lo ven oscuro y difícil de “navegar”. Eso, naturalmente, influye en sus acciones y afecta sus resultados. “Limpia” los cristales de la percepción de ideas erradas y traumas del pasado. Aquí tienes algunos consejos para mantener una mente sana.
Haz un “inventario” mental. Decide qué actitudes, creencias o comportamientos no te funcionan o no te dan los resultados deseados. De acuerdo con muchos sicólogos, el simple hecho de tomar verdadera conciencia de lo que no funciona en tu vida, puede llegar a tener un poderoso efecto en tu comportamiento. Y es que cuando ves con claridad qué no funciona, cada vez que caes en ese comportamiento equivocado se alza una “bandera roja” en tu mente. Con el tiempo dejarás de necesitar la bandera, pues poco a poco irás modificando tu actitud. Simplemente, toma nota de lo que haces y por qué.
Nutre tu cerebro de dos poderosas maneras. La primera: No te limites a ser un observador pasivo frente a la TV. Permite regalarte silencio y espacio para desconetar, por eso hacer algun arte practicar deporte o una disciplina de relajacion y ejercita la lectura sobre experiencias que con levan lecciones de vida.. Escribe tus pensamientos. Y no dejes de aprender. Si te gusta la fotografía, la historia o la música, toma clases. Sobre todo, mantén una actitud curiosa e inquisitiva, como cuando abriste los ojos al mundo.La Segunda: Consume alimentos que fortalecen tu cerebro, como semillas y nueces, vegetales de hoja verde.Mantener el cuerpo sano, facilita recuperar una actitud fresca y sana.
Si sientes Depresión, ansiedad, estres, conflictos internos o con otras personas… Todo esto tiene un efecto nocivo en la salud mental. Un sicólogo o terapeuta capacitado puede ayudarte a poner tu problema en perspectiva y orientarte para que encuentres la mejor solución para ti.
Sé optimista. Está comprobado que las personas que esperan lo mejor son más felices, mientras que las que ven el vaso medio vacío sufren de más estrés y enfermedades. No veas fracasos, ve lecciones para hacerlo mejor la próxima vez.
Si quieres la Paz, empieza por cultivarla y regarla dentro de ti, con cariño, con ternura y con infinita paciencia. El trabajo hacia la Paz es algo que nutre, que enriquece; sin embargo a veces te lleva por caminos difíciles y, en muchas ocasiones, dolorosos, pero SIEMPRE VALE LA PENA.
Mantener buenos pensamientos
Nuestra mente es los cristales a través de los cuales vemos el mundo. Aquellos que tienen los cristales empañados por percepciones erradas, lo ven oscuro y difícil de “navegar”. Eso, naturalmente, influye en sus acciones y afecta sus resultados. “Limpia” los cristales de la percepción de ideas erradas y traumas del pasado. Aquí tienes algunos consejos para mantener una mente sana.
Haz un “inventario” mental. Decide qué actitudes, creencias o comportamientos no te funcionan o no te dan los resultados deseados. De acuerdo con muchos sicólogos, el simple hecho de tomar verdadera conciencia de lo que no funciona en tu vida, puede llegar a tener un poderoso efecto en tu comportamiento. Y es que cuando ves con claridad qué no funciona, cada vez que caes en ese comportamiento equivocado se alza una “bandera roja” en tu mente. Con el tiempo dejarás de necesitar la bandera, pues poco a poco irás modificando tu actitud. Simplemente, toma nota de lo que haces y por qué.
Nutre tu cerebro de dos poderosas maneras. La primera: No te limites a ser un observador pasivo frente a la TV. Permite regalarte silencio y espacio para desconetar, por eso hacer algun arte practicar deporte o una disciplina de relajacion y ejercita la lectura sobre experiencias que con levan lecciones de vida.. Escribe tus pensamientos. Y no dejes de aprender. Si te gusta la fotografía, la historia o la música, toma clases. Sobre todo, mantén una actitud curiosa e inquisitiva, como cuando abriste los ojos al mundo.La Segunda: Consume alimentos que fortalecen tu cerebro, como semillas y nueces, vegetales de hoja verde.Mantener el cuerpo sano, facilita recuperar una actitud fresca y sana.
Si sientes Depresión, ansiedad, estres, conflictos internos o con otras personas… Todo esto tiene un efecto nocivo en la salud mental. Un sicólogo o terapeuta capacitado puede ayudarte a poner tu problema en perspectiva y orientarte para que encuentres la mejor solución para ti.
Sé optimista. Está comprobado que las personas que esperan lo mejor son más felices, mientras que las que ven el vaso medio vacío sufren de más estrés y enfermedades. No veas fracasos, ve lecciones para hacerlo mejor la próxima vez.
Si quieres la Paz, empieza por cultivarla y regarla dentro de ti, con cariño, con ternura y con infinita paciencia. El trabajo hacia la Paz es algo que nutre, que enriquece; sin embargo a veces te lleva por caminos difíciles y, en muchas ocasiones, dolorosos, pero SIEMPRE VALE LA PENA.
Compilado: Anonimo Donoso.
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http://www.elconfidencial.com/a
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